Estimado Luis Fernandez, siempre leo los artículos que escribes en la revista “eme”, y el de la semana pasada: “Cuestión de suerte”, se me vino a la cabeza el día de ayer cuando me pasó algo similar pero peor, soy graduada en admón. de empresas turísticas y he atendido público desde hace 8 años; 4 en una farmacia como auxiliar de farmacia (actividad que tome como hobby cuando vivía en mi pueblo y luego la tomé como actividad lucrativa cuando me vine desde Margarita, luego laboré en la parte social en una Cámara y nuevamente en salud a nivel administrativo. Mi historia comienza así:
El día de ayer, domingo de familia, mi novio, mi sobrino de 9 años y yo, salimos a ver los precios de los televisores en varias partes de la ciudad, al final de la jornada a eso de las seis y media de la tarde, mi novio nos invitó a la “Heladería 4 D” ubicada en Altamira para tomarse un “drops”. Mi sobrino y yo, nos sentamos en una de las mesas cerca del cafetín a esperar, mi novio canceló y se fue a la barra a solicitar su tan ansiado drops. Es entendible que en un lugar como éste, esté lleno un domingo a las 7 de la noche, había 1 sola chica trabajando en la maquina de hacer café, de vez en cuando llegaba una con un pedido, mi novio solicitó el drops, pasaron 10 minutos y no le ofrecían el servicio por el cual había pagado, era el único en la barra, el le comentó a la muchacha que ya había pasado más de 10 minutos y no tenía su drops, a lo que ella le respondió: que eso era como farmatodo, y que igual tenía que esperar. A el no le satisfizo la respuesta y le dijo que lamentablemente eso no era farmatodo y ella estaba allí para atenderlo o darle el servicio. Pasaron unos minutos más y la muchacha le ha preguntado: que quiere usted señor? Un drops? Y mi novio le dijo: si un drops. Ella dijo: déme su ticket, a lo que mi novio ya con la paciencia esfumada se lo tiró en la barra, en ese momento la señora de franela naranja estaba allí entregando unas copas de helado, y vio la actitud de mi novio, y se va. Otra vez mi novio le dice a la muchacha del tiempo de espera y ella se molesta diciéndole que ya le va a dar su drops para que se vaya, aquí mi novio le dice que quiere hablar con el encargado por que no puede ser que pongan en la barra a una persona como ella, a lo que contesta ella gritándole que ella es la encargada y le dice: ¡callate!, ¡callate!.Mi novio que tiene una agilidad para esos momentos de no ponerse a discutir le dice: bueno muchacha no creo que seas la encargada y no me puedes mandar a callar porque yo no soy el borracho que se para en la puerta de tu casa en el barrio donde tu vive para que tu le grites, también le dice que esto no es Petare y que se ubique. A lo cual la muchacha todavía sigue gritándole, lo manda a callar y no con esto le dice que si no se calla le va a tirar la leche encima. ¿Yo?, yo como espectadora con el corazón en la boca, en mi puesto a un lado de la barra escuchando todo sin poderme mover, con un ataque de nervios por que si allí corría leche lo más seguro también iba a correr otro liquido color escarlata. Llega la señora de franela naranja y mi novio le dice que si ella es la encargada y ella dice que si y le refuta que el, le había tirado el ticket a la chica, sí, se lo tiré, dice él, pero tengo rato aquí y no me atiende, si ustedes tienen mucha demanda coloquen 2 chicas más en la barra y ofrezcan un mejor servicio. La señora se quedó callada no dijo nada o no la escuché decir algo más se retiró y luego llamó a la muchacha, a todas esta la chica vuelve, le sirvió el café a mi novio, este se acercó a la mesa donde yo estaba, se sentó le dije que yo estaba viendo todo, la chica nunca le dio el drops, si no un café con leche. Mi novio no tuvo más remedio que tomárselo y nos fuimos. Hasta mi sobrino de 9 años me comentó que si eso era un servicio por que la mujer trataba así al cliente?, le dije que estaba loca.
Ya en casa, acostados en la cama, sin poder dormir, el con un fuerte dolor de cabeza y yo con una impotencia atragantada, le pedí disculpas por no haber actuado como una tigra mariposa, que disculpara mi ataque nervioso, se giró me abrazó y me dijo que tal vez si yo hubiese actuado, estaríamos presos, por alterar el orden publico. Yo le dije: presos pero felices.
Si esto evita que más personas sean maltratadas con gusto seguiré escribiendo, es una de las mejoras cosas que se hacer. Saque usted sus propias conclusiones.
Comentarios
aonde me quereis levar?"...!?...
Salut!...para ti...besos...flores...para mi...alguna esperanza...