Unas Primeras Palabras: ¡Feliz Año, 2008!
En Venezuela, en los últimos meses, se ha venido desatando una ola de desabastecimiento en los rubros alimenticios. Vaya a estos la entrada de mi blog.
Desde pequeña siempre fui curiosa con las cosas de la casa, incluyendo el cuarto de mis padres, le revisaba hasta lo que colocaban debajo del colchón: revistas de enseñanza sexual, más no pornos, revistas de chistes groseros, novelas ilustradas con un poco de picardía sexual en blanco y negro, etc, etc. Siempre pendiente de un descuido de mis padres, penetraba aquella habitación acompañada de mi hermana, quien ocupaba el puesto de vigilante, mientras yo hacia las veces de una misión imposible, todo lo que iba a tocar, primero veía como estaba y después le echaba las manos, si la sabana tenia una arruga, debía sacar con mucho cuidado los tesoros de mis padres y tratar en lo posible de que al bajar el colchón la arruga estuviese alli, o crearla. Cuando fuimos creciendo y teniendo información que compartiamos en un diario, buscabamos los escondites menos pensado para que nuestro tesoro no fuera leido por ojos ajenos.
El día de ayer, después de el asueto de navidad, me acerqué al supermercado a comprar enseres indispensables en la cocina, al llegar a la puerta, y ver policias, sumado a estos la enorme serpiente de personas que esperaban por pagar 2 kilos del bien desaparecido oro blanco (leche) no me quedó más remedio que rezar por salir temprano de alli. Cuando llegué al lugar donde habian colocado el tan esperado rubro, solo quedaba rastros de algún paquete suelto que no lo perdonaron. No iba con la intención de encontrarla, así que opte por buscar lo que habia pensado comprar. Al terminar busqué la cola más corta, entre los anaqueles, detrás de mi, una señora que intuí habia llegado después que yo, consiguió leche, le pregunté y me respondió que se la había dado una señora que no podia llevar más de 2 kilos, nos quedamos viendo el avance de la cola, de repente la mujer, ha metido la mano por entre unas bolsas de arroz, y sacó 1 kilo de leche, me lo dio, yo perpleja, recordé minutos antes, habia visto en el anaquel de los yogurt y los jugos, como una mujer se montaba encima de estos, buscaba y encontraba en el techo, leche. Mi curiosidad, explotó, urgue un poco mas en los paquetes de arroz y conseguí 3 kilos, se los entregué al señor que iba delante de mi, me arrimé hasta donde estaban la comida de mascotas, enormes bolsas, detrás de estas también habia leche, ya para ese momento me llamaban la investigadora, mientras la cola se movia, yo urgaba entre la cosas que me parecian sospechosas por como estaban puestas, llegando a la caja, otro kilo más entre las bolsas de polvo de cualquier cosa que parecia leche y no era, ya para ese entonces, el supermercado se volvió un lugar de juego: papa caliente! papa caliente!, la gente se agachaba debajo de los anaqueles, se ponia de cabeza, registraba por entre las verduras, detrás de las cajas de cereales, hubo uno que le preguntó a la mujer, si en la casa habia azúcar, y sacó 1 kilo de azúcar. No hubo anaquel que no lo movieran, registraran, urgaran... Al final, reiamos y llorabamos, ¡hasta donde hemos llegado!.
Hoy ha salido en el periódico, una noticia, en un amplio terreno ubicado en Caucagua que según el dueño lo alquilaba para esconder desechos, los pobladores se han dedicado a excavar en busca de bolsas con productos de cosméticos próximos a expirar de una marca de belleza muy famosa por estas latitudes. En conclusión nos hemos transformados y tomando como titulo la novela que estoy leyendo en:"Detectives Salvajes".
Carpe Diem.
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Celia Rivera G.